Por el agente Mulder
Ni creacionismo divino ni evolucionismo, la humanidad es un producto creado mediante modificación genética. Aplastante afirmación para comenzar un artículo. Si te pica la curiosidad y quieres conocer el verdadero origen de la raza humana, te invito a que leas el siguiente texto, y quizás te haga ver las cosas de otra manera.
Las principales religiones del mundo hablan de dioses (en minúscula) y ángeles que bajaron de cielo hace miles de años para enseñar diversas cosas a la joven humanidad de la época, lo cual es una malinterpretación de textos antiguos. Los antiguos sumerios, la civilización más antigua que se conoce, nos dejaron escrita la verdad en tablillas de arcilla. Hablan de los Anunnaki, que significa “los que bajaron de las estrellas”, y de cómo y por qué acabaron en la tierra.
Nos cuentan que los Anunnaki necesitaban oro para preservar la atmósfera de su planeta natal, Nibiru, y que allí las reservas empezaban a escasear. En la aun virgen tierra de la época encontraron lo que necesitaban y comenzaron con los trabajos de extracción del metal preciado. No es necesario decir que era una raza mucho más avanzada de lo que es la humanidad actualmente. Tras un largo tiempo desempeñando ellos mismo los trabajos en las minas, decidieron buscar mano de obra “local”. La especie más avanzada en la tierra en aquella época era el Cromañón, que debido a su primitivismo no cumplía los requisitos que ellos necesitaban para desempeñar los trabajos. Como ya he dicho, los Anunnaki era una raza tecnológicamente muy avanzada, y dominaban técnicas con los que la humanidad no ha hecho más que empezar a salsear. Tomaron ADN Cromañón y lo mezclaron con ADN Anunnaki, y así, mediante modificación genética crearon a la humanidad a su imagen y semejanza. ¿Os suena? Y es más, al primer ser humano que crearon lo llamaron Adamu (lo cual acabó convirtiéndose en la historia Bíblica de Adán, blah, blah…), y no lo digo yo, eso nos lo dejaron escrito los Sumerios hace 20.000 años.
Poneos en esta situación por un momento: sois hombres primitivos que viven en cuevas, y lo más avanzado tecnológicamente que conocéis es poco más que hacer fuego con un palo y unas piedras. Si un día vieseis una nave espacial bajando del cielo, a quien saliese de esa nave lo consideraríais poco menos que un dios. Citando a Arthur C. Clarke, uno de mis autores favoritos, cualquier tecnología lo suficientemente avanzada es indistinguible de la magia.
La Biblia, el Corán, la Tora y otros muchos libros religiosos no son más que malinterpretaciones de lo que sucedió en la tierra hace 300.000 años. Y todo esto sin mencionar los escritos hindúes que hablan de máquinas voladoras casualmente parecidas a lo que hoy en día llamamos OVNI, o a la tribu de los Dogón que conocían sistemas de estrellas (el sistema de Sirio, concretamente) que es imposible verlo sin ayuda de telescopios y no se descubrió en la época actual hasta los años 30. Ellos también hablaban de los seres que bajaron de las estrellas y crearon al hombre… Infinidad de culturas antiguas de la tierra, muy distantes entre sí nos cuentan la misma historia. ¿Por qué no se habla de eso en los libros? ¿Por qué nos da tanto miedo saber la verdad sobre nuestro origen? A los que se consideraron dioses no eran más que seres de carne y hueso, que debido a la ignorancia y al desconocimiento de la época se les tomó por seres divinos.
Hay quien dice que desde entonces han estado por aquí, que nunca dejaron la tierra. De hecho, el arte (sobre todo el religioso) está plagado de imágenes que recuerdan a platillos volantes, y mucho antes que eso ya había esculturas prehistóricas muy similares a los trajes de astronauta actuales. También hay documentos escritos, de diferentes épocas, que hablan de luces extrañas en el cielo, de seres de más de dos metros, delgados y con grandes cabezas, y lo que a mí me resulta más impactante, de batallas en el cielo, como nos cuenta un periódico de Núremberg del año 1561, con artefactos voladores luchaban en el cielo unos contra otros divididos en bandos. También Cristóbal Colón dejó escrito en su diario que cerca de las costas Americanas (en la zona que hoy se conoce como el triángulo de las Bermudas) vio una bola de luz emerger de las aguas y desaparecer en el cielo.
Podría poner muchos datos históricos más, pero me temo que los dejaré para futuras ediciones.
Estuvieron aquí hace medio millón de años y se han dejado caer por aquí a lo largo de la historia. ¿Vigilan su creación? ¿Esperan el momento oportuno para intervenir? La verdad está ahí fuera, y más cerca que nunca.
Para más información se pueden consultar libros como Chariots of the Gods, de Erich Von Daniken, documentales como The day before disclosure, o la genial serie de History Channel, Ancient Aliens.
Un saludo,
El agente Mulder
